Cuando uno dice: 'Jesús, sálvame', eso es una petición.
Cuando uno dice: 'Jesús te agradezco por haberme salvado',
eso es un acción de gracias.
Cuando uno dice: 'Jesús, cuán excelente Salvador eres',
eso es una alabanza.
Pero cuando uno se postra arrodillado y con santa reverencia,
quebrantado de espíritu y humillado dice:
'Jesús, me postro ante ti,
me inclino en cuerpo y en espíritu ante tu presencia,
te alabo, te bendigo, te exalto, te rindo culto, te glorifico',
eso es una ADORACIÓN.
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