jueves, 19 de abril de 2012

La Oración hecha Adoración


Cuando uno dice: 'Jesús, sálvame', eso es una petición.
Cuando uno dice: 'Jesús te agradezco por haberme salvado', eso es un acción de gracias.
Cuando uno dice: 'Jesús, cuán excelente Salvador eres', eso es una alabanza.

Pero cuando uno se postra arrodillado y con santa reverencia,
quebrantado de espíritu y humillado dice:
'Jesús, me postro ante ti,
me inclino en cuerpo y en espíritu ante tu presencia,
te alabo, te bendigo, te exalto, te rindo culto, te glorifico',
eso es una ADORACIÓN.


Todo tiene un propósito


Todo tiene un propósito,
incluso las máquinas.
Los relojes te dicen la hora,
los trenes te transportan,
hacen lo que deben hacer.


Por eso,
las máquinas averiadas
me ponen triste,
porque no hacen
lo que deben hacer.


Quizás sea igual con las personas.
Si pierdes tu propósito,
es como si estuvieras averiado.


Quizás es el propósito de algunos,
reparar cosas, reparar corazones.


¿Cuál es tu propósito?...


Imaginaba que todo el mundo
era una enorme máquina.
Y las máquinas no le sobran piezas,
siempre las hacen con la cantidad exacta.


Así que si todo el mundo
es una gran máquina,
yo no puedo ser una pieza extra,
debo estar aquí por alguna razón.


Y tú también estas aquí por alguna razón.