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Pero solo ayuda a la persona que cree en la información y que actúa en base a ella. Qué sucedería si la persona mirara el GPS, lo leyera y dijera: “No es posible que esté donde esto dice que estoy”. De qué serviría si apagara la unidad y dijera: “Sé que voy en dirección al este, aunque esta cosa diga que voy hacia al sur”.
De manera similar, la guía de Dios por medio de la BIBLIA nos beneficia solo cuando confiamos en su Palabra y la obedecemos. “Encaminará a los humildes por el juicio” -escribió el salmista-, “y enseñará a los mansos su carrera. Todas las sendas de Dios son misericordia y verdad, para los que guardan su pacto y sus testimonios” (Salmo 25:9-10).
Recuerda, la guía de lo alto les promete BENDICIONES a todos los que aceptan la Palabra de Dios y siguen sus indicaciones.
La pregunta no es solamente ¿dónde estamos?, sino también ¿adónde vamos?
Que Dios te bendiga
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