viernes, 20 de enero de 2012

Dios te llama a su mesa


Cuando era pequeño, asistía a la iglesia tradicional de mi barrio y aprendí a una canción que decía "¿Quién se acercará al Señor?... los limpio de manos, los de corazón puro, que no es vanidoso y sabe amar". 


Con estos cuatro requisitos deja a muchos fuera para acercarse a Dios y esa es la razón por la que gran mayoría de los adultos dejan de orar. Cometido el hecho, por ejemplo, abandonar el hogar para ir en pos de otra pareja, no asumir la responsabilidad de haber embarazado a la enamorada, ultrajar a una menor, agenciarse de dinero fácil mediante el robo y la mentira, etc., hace que esa persona, en un momento de evaluación de conciencia siente remordimiento por lo que hizo, porque reconoce que Dios no aprobaría sus actos y siente que jamás lo perdonaría.


La estocada más certera del enemigo, no es que te sientas frente al computador a ver pornografía, y luego visites a una mujer que no es tu pareja. La mayor victoria del enemigo es que dejes de ir a la presencia de Dios a causa de lo que hiciste.

A veces nos sentimos tan sucios que lo primero que abandonamos es la oración. No importa tu pecado, no abandones la oración. "Es que me siento impuro para orar", dijo una persona. Eso es precisamente lo que uno siente cuando se va a orar. ¿Acaso crees que cuando vas a orar una luz te envuelve y luego te elevas?


El profeta Daniel decía "a su presencia me temblaron las piernas".


Dejamos de orar porque nos sentimos indignos de orar. No puedes darte el lujo de renunciar, no es una opción. Hazlo por tu hijos, por tu pareja, por los tuyos.

Hoy mismo, ve de rodillas ante el Señor y no te levantes hasta que tu debilidad esté solucionado. Por favor, no cometas el error de alejarte de Dios porque simplemente te sientas indigno.

Porque para eso se dedica el Señor, 
a sentar en su mesa a gente indigna, 
para levantarla SANTA.

DIOS NO BUSCA SANTOS, 
EL SANTIFICA AL QUE BUSCA.


Dante Gebel

No hay comentarios:

Publicar un comentario