No pretendas
primero purificarte para presentarte ante Dios,
no pretendas primero sanarte para ir al médico.
Dios está invitando a los hijos pródigos a su mesa
y no tienes que estar
limpio para estar en su presencia.
Siéntate en la mesa del Señor, él te ha elegido para hacerte santo y perfecto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario