Si Dios no es el Señor en el hogar, en vano los miembros de la familia se esfuerzan por crecer, porque vendrá una tormenta fuerte y derrumbará el hogar; si Dios no es la prioridad en una ciudad o en una nación, el esfuerzo de las autoridades por mejorar la situación se verá limitado y en vano sus progresos.
Mira lo que dice Salmos 127:1
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