Tu triunfo es el testimonio
que necesita el mundo
para echar adelante.
Tu comunión con Dios
hace que los hombres naturales
hagan cosas sobrenaturales.
La palabra de Dios dice:
"Yo soy la vid, ustedes las ramas;
el que permanece en mí y yo en él,
da mucho fruto,
porque separados de mí
no pueden hacerlo."
(Juan 15:5)